Reseña: Oscuralia de Pedro Escudero ( Kelonia Editorial )

Este libro guarda un secreto, un secreto susurrado por un viejo a un extraño sobre los monstruos que se esconden en la oscuridad del mar. Un secreto encerrado en el nudo de una soga. Un secreto aguardando con paciencia a que llegues al final de la escalera. Un secreto que Severo conoce mientras permanece en lo alto. Un secreto apoteósico, que te marcará para siempre y te hará perder el norte. Para descubrir el secreto, todo es empezar…

La ambientación tenebrosa de esta antología de relatos te sumergirá en una atmósfera opresiva por sus escenarios, los personajes y sus reacciones ante lo que les acontece.

Historias de terror y narraciones individuales tratadas como un todo. Desde diálogos de Sócrates hasta un videojuego siniestro, el humor, la filosofía del vivir y del morir se alían con lo cotidiano.

En primer lugar nos detendremos en la portada. En ella podemos apreciar un gran trabajo de Barb Hernández mostrando un tétrico árbol solitario. Su acabado en tintas, definiendo el contorno y dejando que nuestra imaginación y las sombras rellenen esos huecos. Siendo una composición muy luminosa, deja claro que no será luz lo que nos encontremos en este viaje. Observando toda la cubierta y el acabado interior de la obra, tenemos entre manos otra de las ediciones cuidadas y detallistas que es marca de la casa de esta editorial.

Entremos en materia de trama y texto. ¿Cómo empezar este análisis? Pedro nos promete desde la primera línea, un viaje diferente, intenso. Se trata de una apuesta por la oscuridad en cada una de las vertientes en que podemos concebirla. Desde un humor escabroso hasta la desesperación que produce la sinrazón de los hechos que se escapan a nuestra comprensión. El autor desvela su facilidad para moverse, desenvolverse y hacer propio ese estilo rápido, dinámico e intenso que te engancha desde el principio de cualquiera de las historias que comprenden esta obra. Ha dado personalidad y vida a cada relato siendo capaz de hacer que cualesquiera de ellos tenga la fuerza necesaria para ser el eje en el que Oscuralia pueda basar su rotación. Aun así, ninguno consigue eclipsar al que le precede. 

De todos modos, y como no puede ser de otra forma, unas historias nos llegarán más que otras. Puede ser por diferentes razones. Ya sea por la fuerza del primer relato en el que el autor rompe el silencio y nos inicia en su Oscuralia con una historia del Kraken y en nuestras costas. Tal vez sea por lo que se esconde al final de la escalera o por esas conversaciones entre los residentes de los Campos Elíseos. Incluso puede ser que, en un mundo que se sume en la oscuridad y debe de enfrentarse a un nuevo renacer, Pedro nos haga ver que el final puede destruir nuestros principios más elementales.

Como conclusión, nuestro viaje por Oscuralia ha sido como enfrentarnos a la primera vez que nos subimos a una montaña rusa. Al principio, mientras esperamos impacientes nuestro turno, un nudo en el estómago se empieza a formar. Al subir, la adrenalina, el miedo y la excitación nos invaden durante todo el trayecto. Y cuando acaba el viaje y hacemos un rápido análisis de la experiencia, sin darnos cuenta, volvemos a estar en la cola para volver a subirnos e iniciar de nuevo el viaje.

NOTA: 8 / 10