Crónica de mi visita a la XXXIV Feria del Libro de Fuenlabrada
Buenos días Amantes de la Fantasía,
Otro año más, y visita obligada, pude disfrutar de una calurosa tarde en la Feria del Libro de Fuenlabrada. Siempre es un placer poder pasear entre libros y en ese entorno idílico que es el Parque de La Fuente. ¿Qué mejor modo de pasar la Jornada de Reflexión previa a las Elecciones Generales del pasado 26 de mayo?
Nada más llegar, pudimos detenernos en la caseta de la mítica Librería Bravo. Allí pudimos saludar y charlar con dos de las autoras predilectas de mi hija mayor: Rocío Antón y Lola Núñez. Sus deliciosos cuentos y su simpatía auguraban una tarde llena de fantasía. Por supuesto, nos hicimos con otra de sus obras (una más para la biblioteca particular de Carmencita).
Proseguía nuestra visita a otras casetas. Al llegar a Generación X Fuenlabrada, cayó la novela gráfica Libros de la Magia de Neil Gaiman. Llevaba tiempo que esa obra me hacía ojitos y ese fue el día. Desde que leí el Libro del Cementerio, tenía muchas ganas de volver a los textos de este magnífico escritor.
Tras pasar por casetas como las de la librería Camelot, nos dirigimos al escenario tipo anfiteatro para un espectáculo muy entretenido: malabares, balanceos imposibles sobre lianas,… mis chicas estaban fascinadas. Era el momento de escabullirme e ir a visitar en solitario el resto de la feria. Quería pasarme a ver al editor de Now Evolution, un incondicional de todos los saraos a los que asisto, a Palabras de Agua, aunque no encontré ni a Ana Coto ni a Juande Garduño (con la alegría que me da verlos y charlar un rato). Además, me pude detener y frikear un poco en el resto de casetas. Regresé a la de la Librería Camelot para hacerme con mi segundo pecado del día: Brujas y Nigromantes:Hermandad de Raquel Brune (Editorial Hidra). Fue entonces cuando pude ver a Fernando Cascales, cantante del grupo Duendelirium. Cuál fue mi sorpresa cuando me percaté que estaba ilustrando en directo. Desconocía esa faceta suya. No pude evitar pararme a incordiarle un poco (los que le conocéis sabéis que es un cielo) y a hacerle todas las preguntas que se me ocurrieron. No hubo modo de desconcentrarle. Él proseguía haciendo un Jocker de los que molan de verdad.
Tras ello, regresé con mis pequeñas y nos dispusimos a dar una última vuelta antes de irnos a cenar.
A mi parecer, la Feria del Libro de Fuenlabrada sigue siendo un referente en el Sur de Madrid y cada año regresaré para disfrutarla.
Mil Fantasías,