Reseña: «Tormentas de Verano» de Sergio R. Alarte

Julia es una chica con vocación de escritora, que va a un curso de verano en Salamanca, donde aprenderá diversas artes junto a otros jóvenes. Sin embargo, ni los profesores, ni los monjes o los alumnos, sospechan que van a compartir más que escenarios maravillosos de crecimiento.Enseguida Julia entablará sus primeras amistades; pero en la Casa de Espiritualidad las artes se viven con tanta pasión como la propia juventud. El monasterio de jesuitas será escenario de unos sucesos escalofriantes. 
Con el marco de una Salamanca mítica atravesaremos un laberinto de verdades y mentiras: una sociedad secreta fundada por un poeta del siglo xix, un arma letal y diferentes ideas encontradas sacudirán hasta sus cimientos el curso de Jóvenes Artistas Españoles. 
Tras la desaparición de uno de los profesores, los acontecimientos se precipitarán, permitiéndonos participar en una historia de amistad y convicciones, donde la intriga se mezcla con la imaginación hasta rozar un futuro de posibilidades inquietantes. Un futuro que ofrece tantas puertas, como llaves pone en las manos de estos jóvenes.
¿Serías capaz de usar tu llave correctamente?

En primer lugar nos detenemos en la inquietante portada de esta obra. Fernando Guerra, culpable de la misma, nos introduce magistralmente con esta imagen en la historia que vamos a abordar. El tono tétrico, el juego de luces y sombras y la sangre son las primeras pistas que nos prometen una historia intrigrante y, por tramos, oscura. Todo un acierto.

En relación a la historia en sí. El autor, al que habíamos visto más que cómodo en la fantasía más épica, nos ofrece en esta ocasión misterio, aventura y puzzles. El cambio de género apenas se ha notado pues muestra una gran desenvoltura en este. Con una prosa ágil y una trama absorbente, la lectura de Tormentas de Verano no nos ha durado mucho en las manos. En cuanto te introduces en la historia y vas quitando los primeros velos que ocultan el trasfondo de la misma, quedas enganchado sin remedio. Además, hay que reconocer la magia que inunda el entorno elegido para la historia: Salamanca. El arte que entremezcla el autor, haciendo que los grandes clásicos de nuestras letras sean protagonistas durante toda la novela, da un suave aliño a una trama que se irá desgranando en compañía de las cuatro protagonistas principales, todas unas mosqueteras. Uno de los mayores disfrutes que he tenido durante la lectura de Tormentas de Verano son los duelos de juglares. Es una de mis debilidades…hasta he echado en falta alguna más de estas luchas. De todos modos, no solo la trama es un de los puntos fuertes, los personajes, sus relaciones y su forma de enfrentarse a sus miedos y prejuicios, sin perder la vista en que se tratan de adolescentes, es otra de las bases en las que se asienta la novela. Además, durante la trama podemos entrever la pasión hacia las letras del escritor y como esto salta de las hojas e invita al lector a sumarse a esa pasión.

Antes de cerrar este pequeño análisis, el único pero que he podido apreciar durante la lectura de esta obra: su final. La historia es devorada poco a poco, paladeando cada escena y disfrutando de todo el contexto que Sergio nos propone con gran acierto, pero al llegar al final, eché de menos ese mismo disfrute. Me esperaba que el autor se detuviera un poco más en los detalles del mismo, sobretodo en la parte del monasterio. Es cierto que todo lo cierra perfectamente y no queda nada pendiente, pero al haber caminado cada paso con cierto detenimiento, me hubiera gustado algo más de precisión en ciertas escenas finales.

En conclusión, Tormentas de Verano es una novela más que recomendable, en la que te perderás en una historia misteriosa enmarcada en un fondo insuperable. Si el autor prueba o vuelve a alguno de los géneros fantásticos, no dudamos ni un momento en seguir su estela.

NOTA: 8/10